Hay algo atrapante, misterioso y casi indescifrable tras cada uno de ellos. Tal vez eso escondido que encierra la mente humana, que tan quieta está a veces y tan temiblemente despierta otras. Como sea, llevar semejante sello no es una carga liviana: verdaderos o falsos, podemos encontrar aquí los inconvenientes que puede conllevar padecer un caso de Desorden de Identidad Disociada. CASO II.- Jorgito Khun vivió muy mal toda su vida. Le decían que estaba loco, con esa liviandad con que la gente hoy usa esa palabra. El loco fue inventado para definir al que no tenía explicación, a uno que no encajaba socialmente, a ese que tenía otro discurso tan propio que nadie entendía más que él. Jorgito Kuhn estaba loco y lo habían encerrado. Cada once minutos decía ser una persona diferente. Ciento treinta personas en un día. Cambió de identidad, tiempo, historia y sexo tantas veces que en algún momento su nombre verdadero fue olvidado y se lo recuerda por el diminutivo de Jorge, un nombre que tenía...
Comentarios
Pobre hombre al que estaba adentro de ese disfraz.
Pobre Mariangel que tuvo que correr varias cuadras con un Pikachu en la espalda.