Regalar regalos

El siguiente ensayo literario acompañaba el regalo de un amigo hace dos años.
"El cumpleañero es un tipo que lleva una carga sobre sus hombros. Mientras está solo, preparando el deleite del festín, se siente a gusto, contento y con ganas de celebrar. ¡La pucha si no hay que celebrar!
Pero el tema viene cuando se acerca la hora señalada. Ese instante en el que uno cae en la cuenta de que, evidentemente, puede que alguien esté por llegar. Llegar a saludarlo, a comer algo, a reírse un rato y disfrutar de los placeres relajantes de la conciencia que produce el alcohol. Ahí no está el problema. La cuestión son los segundos de recepción del nuevo invitado.
El cumpleañero es un tipo que lleva una carga sobre sus hombros. Carga con la incertidumbre de si el próximo en llegar traerá consigo un regalo. Momento incómodo. Uno recibe con brazos abiertos e intenta no mirar las manos del otro. Si el amigo llega sin nada y vos le mirás las manos, termina pensando “No, no te traje nada, no seas interesada… ¿Dónde quedó eso de “no te hubieras molestado”?”, o bien “¡Me miró! ¡Me miró las manos! Soy un boludo, no le traje nada.” Todo eso pasa en cuanto se saludan.
Si el amigo, amiga o novio fogoso viene con un presente, de todas maneras uno intenta no mirarlo en las manos ajenas, pero se le escapan los ojos intentando atinar: es una bolsa, un paquete, es rectangular, amorfo, ¿me habrá traído otra lapicera?
Es una cosa cultural, supongo yo, el tema de los regalos. Uno dice “con tu presencia me bastaba”, pero sin embargo regala cosas. ¿Es acaso que en un ataque de baja autoestima uno se cree que la propia presencia no le alcanza al otro? ¿O es que no creo que el otro me diga de verdad que “no hacía falta”?
El cumpleañero es un tipo que lleva una carga sobre sus hombros. Carga con la incertidumbre de si el próximo en llegar traerá consigo un regalo. Pero se la tiene que bancar, ¡sí, señor! Porque es parte del sistema, del juego interminable de regalos contingentes que a veces están y a veces faltan porque no tenían que estar… o sí.
Y ahora te invito a pensar… ¿Este turro me habrá traído algo?
¿Qué te puedo decir, viste? No seas materialista… Ya sé que si no traje nada no pasa nada, pero si traigo algo tampoco. ¿Entonces?¿Qué hacemos?¿Qué hicimos?¿Mirás o no mirás?
Supongo que me adhiero al sistema.
Te digo muy feliz cumpleaños y para el mío no hace falta que lleves nada."
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